Los precios y la política plantean problemas de envasado

Las empresas pueden ser esquizofrénicas respecto al envasado y sus costos. Por un lado, el embalaje del producto se examina detenidamente: es un campo de batalla entre los compradores, que buscan costos más bajos, y los vendedores, que buscan un mayor impacto y atractivo en los estantes. El envase del producto se considera claramente parte del costo del producto; el embalaje de transporte, no tanto.

Entre los gastos generales de distribución, las cajas de cartón y el relleno de vacíos son considerados componentes relativamente menores que no merecen mucha consideración. Pero la combinación de las tendencias de los precios y las políticas estan cambiando esa visión inconsciente, especialmente para las empresas de comercio electrónico, donde el "atractivo del paquete" se considera cada vez más crítico.

Los volúmenes de venta al por menor en línea han disminuido desde el auge de Covid, y los fabricantes de material de envasado han respondido de forma tradicional retirando discretamente capacidad. Sin embargo, los volúmenes están volviendo a aumentar, y se espera que el crecimiento sea especialmente fuerte en los envíos más pequeños (artículos sueltos) y en los productos de menor tamaño. Esto significa inevitablemente un aumento de la proporción de material de envasado en relación con los productos vendibles, combinado con una oferta de material más ajustada y subidas de precios en cadena.

Mientras tanto, los distribuidores minoristas se enfrentan a otro reto, quizá más duro, en forma de la nueva normativa de la Unión Europea sobre embalajes y residuos de embalajes (P&PWR), que ha sido aprobada por el Parlamento Europeo y se espera que se convierta en ley a finales de este año, tras lo cual habrá un periodo de aplicación de unos 18 meses. Y sí, el Reino Unido ya no está en la UE, pero si usted vende en la UE, estas normas siguen siendo aplicables.

P&PWR es un conjunto complejo y exhaustivo de cambios en las normas existentes, con el objetivo de reducir el uso y los residuos de embalajes, que a pesar de los esfuerzos ha ido tendiendo en la dirección equivocada. Se hace especial hincapié en la reducción o eliminación del uso de plásticos, por ejemplo como relleno de vacíos, y sobre todo de los llamados "plásticos para siempre", pero la humilde caja de cartón no escapa a la atención.

Habrá una obligación general de reducir el peso y el volumen de los embalajes al mínimo necesario para garantizar su funcionalidad. Más concretamente, se obligará (a partir de enero de 2030, aunque podría convertirse en una expectativa mucho antes) a que el espacio vacío sea inferior al 50% del tamaño total del envase. Esto se aplicará a todas las operaciones agrupadas, de transporte y de comercio electrónico.

Esto puede ser un problema para cualquier empresa que envíe más de unas pocas formas y tamaños "estándar" de envíos. En las líneas de embalaje manual, la tendencia es buscar el tamaño de caja que el operario está seguro de que será lo suficientemente grande y/o que tiene a mano. El "tamaño suficiente" suele ser muy superior al tamaño estándar. Es fácil imaginar cuántos envíos no conformes pueden producirse.

La fabricación manual de cajas del tamaño adecuado, en lugar de recurrir a preformas estándar, es claramente insostenible en términos de tiempo y mano de obra para cualquier empresa que supere el nivel de "industria artesanal". Pero la mayoría de las líneas de embalaje automatizadas o semiautomatizadas se basan en el uso de unos pocos tamaños de caja estándar, que a menudo requieren que los pedidos de un tamaño de caja concreto se agrupen en aras de la eficiencia. Sin embargo, el problema del sobredimensionamiento persiste.

Las soluciones automatizadas 1D, en las que sólo se puede reducir la altura de una caja, son otro enfoque común que ofrecen una solución parcial. Pero es probable que esta flexibilidad tan limitada suponga un obstáculo para las empresas de comercio electrónico en crecimiento, con carteras de productos en expansión y la vista puesta en los mercados de la UE.

Sin embargo, existe una alternativa avanzada. Una solución 3D automatizada en la que las cajas del tamaño adecuado se fabrican a alta velocidad para cada pedido individual de comercio electrónico. Las CVP Impack y CVP Everest de Sparck Technologies con líneas de embalaje automatizadas ayudan a hacer frente a los crecientes costos de material y a los requisitos legislativos, al mismo tiempo que aumentan la productividad de la línea de embalaje.

Escanean en 3D los artículos que constituyen un pedido y calculan la forma y el tamaño óptimos de la caja necesaria, que se corta automáticamente a partir del cartón plegado en acordeón, se pliega, se monta, se sella, se pesa y se etiqueta. El dimensionado correcto puede reducir el consumo de cartón en un 30% o más, además de eliminar la necesidad de rellenar vacíos, incluidos los desagradables plásticos que la UE está deseando eliminar. Se puede alcanzar un rendimiento de hasta 1.100 pedidos por hora con sólo uno o dos operadores, sustituyendo hasta 20 estaciones de empaquetado exclusivamente manuales.

Todavía no está claro cómo se aplicarán exactamente los P&PWR ni cuál será el régimen de sanciones por incumplimiento, aunque la buena noticia es que, al tratarse de un Reglamento y no de una Directiva, las normas serán idénticas en toda la UE y no habrá variaciones específicas para cada país. No obstante, parece que serán los "mercados" los responsables, que a su vez buscarán garantías en la autocertificación de los vendedores. Dado que las líneas de embalaje Sparck recogen automáticamente datos sobre las dimensiones de los paquetes y su contenido como parte de su función normal, ya existe una base probatoria para esta autocertificación.

Puede parecer que el 2030 esta distante, pero nunca es demasiado pronto para adelantarse al juego de la política y de precios.